Mientras la propagación del COVID-19 avanza implacable en el mundo, casi un ciento de equipos especializados de científicos de distintas partes del mundo luchan por encontrar cuanto antes la esperada vacuna que detenga y pueda vencer finalmente al temible Coronavirus. La habilitación de esta vacuna permitirá a la humanidad recuperar de manera paulatina la vida que antes teníamos y a los países les permitirá iniciar sus planes para recuperar sus economías, las cuales hasta el momento sufren una profunda recesión, alcanzando promedios históricos de caídas, que prácticamente ha dejado al mundo sumido en una incertidumbre financiera sin precedentes.
Según la opinión de muchos expertos, entendidos en el desarrollo de vacunas, esta podría estar lista para la mitad del 2021, y en el mejor de los casos en el primer trimestre del próximo año. Básicamente esta demora se da en la llamada fase III del desarrollo de vacunas, que es donde se evalúa la seguridad y eficacia de la vacuna, ya que miles de personas que participan en el ensayo continúan desarrollando sus actividades normales, siendo monitoreadas por los especialistas, quienes ademas deben generar y analizar la información disponible, lo cual conlleva mucho tiempo para adquirir información real y fidedigna de la eficacia de una vacuna.
Sin embargo ante la premura de contener el avance de esta pandemia, un equipo de especialistas de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres LSHTM y la Universidad Rutgers de Estados Unidos, propusieron una osada propuesta que ha generado mucha polémica en la comunidad medica y científica del mundo, la cual consiste en remplazar esta etapa del proceso de creación de vacunas por los denominados ensayos clínicos de exposición o de provocación, que básicamente consiste en probar las formulas de vacunas mas probables de funcionar en alrededor de 100 a 150 voluntarios y luego luego de manera premeditada contagiarlas artificialmente con el virus para comprobar si las vacunas que recibieron funcionan.
A pesar que este tipo de practicas no son nuevas, sin embargo dentro de la comunidad medica se considera poco ético infectar a un grupo de personas sanas con un virus que provoca una enfermedad para la que no existe cura y ademas se desconoce los efectos a largo plazo, considerando que se trata de un virus nuevo, desconocido que recién se ha conocido de él algo mas de 4 meses. Este dilema a llegado a crear gran controversia, a pesar que el propósito de esta practica seria la producción de una vacuna, la misma que podría salvar miles de vidas en el mundo.
Se debe indicar que la exposición voluntaria si se ha realizado desde hace bastante tiempo, pero se realiza bajo estrictos parámetros éticos y científicos, ya que en principio a través de estas practicas se busca soluciones a enfermedades menos letales y que tienen cura como la malaria, el dengue, cólera o la influenza, no siendo el caso del Coronavirus, del cual poco se conoce de su naturaleza y de los efectos posteriores que puede provocar. Sin embargo para Nir Eyal, Director del Centro de Bioética a Nivel de la Población de la Universidad de Rutgers esta convencido de que esta propuesta es lo mas sensato dada la coyuntura que se vive actualmente en el mundo, ya que así se podría ganar tiempo y se salvaría miles de vidas.
El especialista explico que el procedimiento normal es que el encuentro entre la persona con la vacuna experimental tenga un encuentro natural con la enfermedad, sin embargo debido a las políticas mundiales de aislamiento, probablemente esto tome mucho tiempo, por lo que lo mas lógico seria provocar este encuentro para empezar a evaluar cuanto antes la eficacia de la vacuna analizada. Según Peter Smith, profesor de epidemiología de la LSHTM, de concretarse este polémico procedimiento se calcula que se podría adelantar la habilitación de la vacuna entre 3 y 6 meses, lo cual seria valioso para la salud mundial.
Los especialistas indican que estas pruebas se ejecutarían en instalaciones aisladas acondicionadas especialmente para este tipo de ensayos, a fin de evitar el contagio a otras personas ajenas, donde se monitorearia a los voluntarios durante 5 a 10 días aproximadamente luego de haberles aplicado la vacuna, y si no se presenta indicios de infección, significa que la vacuna es eficaz para su propósito, o de lo contrario se tendría que seguir investigando nuevas formulas. Asimismo señalo que los candidatos para este tipo de pruebas serian adultos jóvenes entre 18 y 30 años de edad, quienes puedan firmar su autorización para estos estudios, considerando ademas que según la estadística medica recabada hasta el momento, las personas entre las edades propuestas sin enfermedades pre existentes son las menos vulnerables a esta enfermedad.
Por lo pronto los científicos médicos chinos a través del director del Centro de Control y Prevención de Enfermedades del país, Gao Fu, indicaron que ya dispondrían de una vacuna para uso exclusivo de los trabajadores sanitarios en caso se requiera en una situación de emergencia, la cual ya estaría disponible para el próximo septiembre, pero por el momento podría ser utilizada solo por los médicos, en caso de emergencia, si se produjese un nuevo brote del virus.
FUENTE: www.bbc.com